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Palacio de Carta

Santa Cruz de Tenerife

#rehabilitaciónBIC #patrimoniohistórico #turismo
 




Carta al Palacio de Carta:


+cliente: Ayuntamiento de Santa Cruz
+año: 2018-2023
+fase: obra finalizada
+equipo: Fernando Arocha + Deiene González
+colaboradores: Carlos Arocha (arquitecto) + Sinesio Domínguez (aparejador) + DeCom Ingeniería + Jose Ramón Fragoso (Iluminación) + Daniel Fernández + Aquilino Dorta (estructuras) + Dácil Perdigón (historiadora) + Alba Fuentes (restauradora) + Javier Soler (arqueología) + Gema Pérez (arqueología)

+fotografía: Flavio Dorta
+contratista: Víctor Rodríguez + VVO Construcciones
+presupuesto: 1.275.892,56 €
︎ concurso ganado 2018!
︎︎ seleccionado para los Premios Arquitectura 2024 del CSCAE!

La familia Carta nos dejó su Palacio como una joya del patrimonio arquitectónico de Santa Cruz, pero su apellido dejó de habitar la casa en 1853, cuando su uso cambio al de Capitanía General de Canarias y posteriormente a la sede del Gobierno Civil desde 1890 hasta 1942, cuando el Banco de Crédito Español compra el edificio para realizar una profunda reforma, convirtiéndose ese en el cuarto uso que alberga el inmueble.

Esta reforma de 1952, llevada a cabo por el arquitecto Enrique Rumeu modifica elementos del diseño original del palacio -justificándose en la inminente ruina- además de proponer nuevas soluciones estructurales y aportar elementos decorativos de su propio repertorio. Los arquitectos coincidimos en que esta intervención, sumada a la sucesión de cambios de uso del edificio, resultan en que sólo algunas partes de la edificación sean originales, mayoritariamente en la zona de la fachada a la plaza, y por tanto de indudable valor arquitectónico y arqueológico.

La adaptación del Palacio de Carta a un nuevo uso, -el de Oficina de Información y Turismo de Santa Cruz de Tenerife- supone un gran reto para los profesionales encargados de redactar esta propuesta. Pues podrá existir un alto consenso en la mayoría de elementos a conservar, o a retirar. Pero habrá menos coincidencias en otros elementos, y especialmente en cómo llevar a cabo la integración de los nuevos usos requeridos dentro de la edificación histórica.

Los seis movimientos:

Nuestra propuesta se articula en seis movimientos organizados en una manera de actuar que en este orden; identifica, respeta, evalúa y restaura los elementos que deben ser protegidos y los pone en valor. Estos elementos a proteger no sólo serán aquellos originales de la edificación de 1742, sino también los añadidos posteriormente y que sean evaluados positivamente como parte intrínseca de la historia del palacio. Citando un ejemplo, el mármol rojo de Alicante o el blanco de Carrara añadidos en 1942 son elementos que creemos deberían eliminarse por no ser consistentes con el estilo, ni con los materiales locales empleados originalmente, como sí lo son la piedra basáltica o la madera de pino canario que encontramos en la edificación original. De esta manera, respetando el articulado de la Carta de Venecia de 1964 sobre actuaciones en el patrimonio arquitectónico, se enfatizará el contraste entre estos elementos existentes a respetar y valorar. Mientras que los nuevos elementos propuestos se entenderán como necesarios para el nuevo uso, y que a su vez serán elementos “temporales”, entendiendo la temporalidad como la extensión de tiempo hasta que el palacio acoja su siguiente uso, en 5, 10, o 20 años.

1. Visibilizar. Antiguamente el Palacio de Carta, por su altura, era la edificación dominante en el espacio público, pero en la actualidad su presencia, especialmente al acceder desde la Plaza de España, es muy escasa. No existe ningún elemento protuberante que invite al turista a acercarse al edificio si no se tiene conocimiento previo de su localización. Por esto, se proponen una serie de elementos de mobiliario público como bancos a ambos lados de la entrada, arbolado de pequeño porte en macetero, o pendón vertical en los límites de la fachada para publicitar las actividades turísticas ofertadas.

2. Transmitir. La antigua Plaza de la Pila se encontraba 1,5m por encima de la rasante actual, teniendo el acceso al mismo nivel hasta el patio principal. El hecho de modificar la rasante provocó una extensión en la base de la fachada, extendiéndose los sillares de basalto para encontrarse con el nuevo nivel, siendo el Palacio de Carta la única edificación superviviente de la época en la que la plaza estaba en este nivel superior. Entendemos que ésta es una historia de nuestra ciudad que precisamente el edificio, como punto de información, debería contar per se. Proponemos pues un elemento visual y efímero que dibuje esa línea del nivel antiguo en la fachada.

3. Recuperar. Debido a los cambios de uso del edificio, y de nivel de la plaza, la entrada es el elemento de la fachada que más modificaciones ha sufrido. En la reforma de 1952 se rebajó la altura del dintel de la puerta de entrada para alojar sobre ella la placa de mármol con el nombre de la institución bancaria. De este modo la proporción del hueco de la puerta no guarda relación con el resto de la fachada. Además se retiró la puerta de madera de pino canario sustituyéndose por una puerta y ventanas en reja de fundición de hierro. Nuestra recomendación es que estos elementos se recuperen a su estado anterior a 1952, por un lado recuperando la altura de la puerta alineada con las ventanas, y en segundo lugar recuperando la imagen original de la puerta, de la que contamos con documentación gráfica y de la que se podría realizar una re-interpretación utilizando técnicas de fabricación modernas. Este tipo de fabricación digital se ha utilizado con éxito en las puertas de la reciente ampliación del Museo Victoria and Albert, por el estudio Amanda Levete Architects (AL_A) con el que actualmente colaboro en Londres [1].

4. Adaptar. En el zaguán de entrada proponemos retirar el mármol rojo de Alicante y el blanco de Carrara, que no guardan relación alguna con la historia de la edificación previa a 1952, así como el escalonado lateral junto a los peldaños, sustituyéndolo por el mismo basalto que encontramos en la fachada. El edificio deberá ser accesible para personas de movilidad reducida. El ya mencionado desnivel entre el patio principal y la rasante de la plaza está actualmente salvado por diez peldaños en el zaguán. Con la intención de no alterar en absoluto la configuración original de la primera crujía (entendiéndose por ésta el zaguán y ambas habitaciones de la planta baja), se plantea un innovador sistema de escalera retráctil con elevador oculto desarrollado por la empresa inglesa “Sesame Access”. Este sistema se empleó con éxito en la entrada principal de la Apple Store de Birmingham, inaugurada en Septiembre de 2016 en un palacio histórico de 1872, obra dirigida por el estudio londinense Mark Pinney Associates, con el que he colaborado en los últimos 4 años, siendo visibles sólo los peldaños de piedra, y ocultando todo el mecanismo automatizado de plataforma elevadora. [2]

5. Recomponer. En el interior se propone retirar el lucernario y cubierta del patio secundario, así como recuperar el nivel original de este patio, que antiguamente se encontraba por debajo del patio principal. Estos elementos fueron añadidos y alterados respectivamente en la reforma de 1952 con la intención de reconvertir el patio canario en zona de oficina para la sucursal bancaria. De este modo, no sólo se perdió el patio secundario –ahora llamado “traspatio”-, sino que también se perdió su relación con la fachada de Bethencourt Alfonso, dando completamente la espalda a esta calle. Al recuperar la cota original del patio secundario, esta fachada disfrutará de ventilación y luz natural a través de éste al mismo nivel de la acera, creándose un gran valor añadido en este espacio. Se plantea para esta zona la creación de la cafetería y posibles locales comerciales que justificarían económicamente esta operación.

6. Acabar. Para dotar de un nuevo uso al edificio, se seguirán una serie de estrategias en cuanto a elementos a recuperar y elementos a retirar. Por un lado, todo el pavimento de la planta baja, de nuevo, mármoles de Alicante y Carrara añadidos en 1952 serán eliminados. De esta manera, estudiará cual es la condición de los forjados existentes, y qué vestigios quedarían de la madera original de los pavimentos interiores. Por tanto, se proponen dos estrategias, una para las zonas exteriores, en las que se propone un pavimento de piedra basáltica, cortada y tratada con técnicas de corte y gravado digital para evidenciar su nueva fecha de implantación. Y por otro, se propone un pavimento de madera en las estancias interiores que recupera el acabado previo a 1952 (entonces las losetas hidráulicas se sustituyeron por el mármol), con nuevas geometrías y patrones a estudiar en una siguiente fase de esta propuesta. En cuanto al mobiliario se proponen una serie de elementos muy funcionales que para nada compitan ni resten protagonismo a las piezas de mobiliario original que puedan mantenerse, como pueden ser los armarios y puertas originales, así como el planteamiento de la recuperación de elementos como las “Puertas del Oratorio” (que actualmente se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Santa Cruz), que deberían formar parte del conjunto histórico que intentamos recuperar.

El Palacio de Carta nos invitará entonces a formar parte de su historia, con una imagen renovada pero muy respetuosa con su pasado, y nos ayudará a entender los cambios no sólo de su propia arquitectura, sino también a contarnos la de nuestra ciudad como testigo inmueble durante los últimos 275 años.

Texto extraído de la propuesta presentada a concurso en Diciembre de 2017.


















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